Entrevista de Shakira por El Tiempo y Elenco

El pasado 8 de noviembre, durante el evento de Crest 3D White en Barcelona, Shakira fue entrevistada también por el portal El Tiempo y el canal Elenco.

Shakira aparece en la portada de la revista "Elenco", en la cual hay una exclusiva entrevista realizada.
Debajo pueden leer la entrevista. También pueden ver la entrevista en formato vídeo en el siguiente enlace: eltiempo.com

Ahora te veo más sonriente, ¿por qué?
Bueno, ¡desde el 2010 sonrío más!

¿Y cuáles son esas razones para sonreír más?
Tanto Waka, Waka... (risas)... Bueno, Gerard, Milan... creo que esas son dos razones suficientes.

Los ojos se te ponen más brillantes cuando los mencionas; cuando hablas de Milan se vuelve más dulce tu expresión. ¿Cuál es la más reciente pilatuna del niño, la de esta mañana o de ayer?
A ver... la verdad es que se porta muy bien, es muy bueno, ríe mucho, todo el tiempo; es muy sociable, le sonríe a todo el mundo y se da cuenta de todo. Hoy me puse este vestido y me miraba así (Shakira abre mucho los ojos y muestra una expresión de sorpresa). Tal vez pensaba ‘¿a dónde vas, mami?’

¿Ya pronuncia tu nombre?
¡Nooooo!... ¡Tiene nueve meses!...

Pero de pronto lo balbucea...
Dice ‘mama’ -lo pronuncia sin acento al final y con un golpe más fuerte en la primera sílaba-, ‘papa’, ‘agua’; pero más que todo dice ‘mama’.

¿Qué le da Gerard a tu vida?
Mucha alegría, mucho amor; me hace sentir muy amada, que es lo que siempre deseé, lo que siempre soñé... ¡Y por fin!

Shakira está en un momento de plenitud total y se le nota en su manera de estar. ¿Cómo es tu refugio, tu vida en Barcelona?
La verdad es que todavía viajo muchísimo, entonces vivo poco en todos lados. Mi pobre Milan, desde los dos meses de nacido ya estaba volando; tiene más millas que un piloto. Hizo viajes a Los Ángeles, Brasil, Miami, volvió a España, luego a Francia... ha estado en todos lados. Así que eso es lo único difícil de mi trabajo y sobre todo con un niño, pero hasta ahora lo llevamos bien. Cuando estoy aquí, en Barcelona, vivo dedicada a Gerard y al niño.

¿Cómo haces para mantenerte conectada con Colombia siendo ya una ciudadana del mundo?
Mi familia es el puente más directo que tengo con Colombia. Las chucherías que siempre me traen, sobre todo María Emma (Mejía), cuando viene a visitarme. Cuando llega a cualquier lugar del mundo donde estoy, me lleva todo lo que sabemos, todo lo que nos gusta a los colombianos: los chocolates, los dulces colombianos, panelitas, que me encantan. Frutas no me puede traer, porque la pararían en inmigración, la aduana... (risas), pero me trae todo lo que puede.

Poniéndonos más serios, ¿qué piensas del proceso de paz que se está llevando a cabo en Colombia?
Mira, yo nací hace 36 años en un país en conflicto, y nunca he visto la paz en Colombia. Son 36 años anhelándolo, viendo al país soñarlo. Algo que cada vez parece estar más cerca, por eso cuales quiera que sean los pasos hacia ese destino, creo que hay que mirarlos con optimismo.

Y tú y yo, como ciudadanos de a pie, ¿qué podemos hacer desde nuestro espacio personal para que eso funcione?
Al haber crecido, vivido y haber sido educada en un país con tanta desigualdad; donde hay tan pocos que tienen mucho y tantos que tienen tan poco, crecí con esa incapacidad de tolerar nuestra situación social, tanta injusticia social. Por eso decidí crear mi fundación, Pies Descalzos, y enfocarnos exclusivamente en la educación. Siento que en países como el nuestro, la educación se entiende como un lujo y no como un derecho. Esa es gran parte de la problemática que ha derivado en muchas otras cosas, como la violencia, y que ha resultado en un país permanentemente en conflicto, porque hay tanta gente sintiendo que no tiene acceso a las mismas oportunidades. De ahí nacen los problemas más graves que tenemos los colombianos; por eso la educación es un derecho fundamental que todo niño debe poder gozar. Todos los niños nacen con un talento, con un potencial; no hay uno solo en el mundo que no tenga una habilidad, y es responsabilidad de nosotros, los adultos, ofrecerles esas oportunidades y luchar por el derecho a la educación.

¿Se puede lograr en Colombia?
Tenemos que lograrlo. Por ejemplo, en Colombia más de la mitad del territorio es selva, donde no hay acceso ni carreteras, donde los niños se enfrentan a condiciones de vida vulnerables, de pobreza extrema, de conflicto... ¡Tantos niños tienen tantas dificultades para llegar a su escuelita! En Chocó, por ejemplo, donde tenemos una escuela, los niños enfrentaban grandes dificultades para atravesar los riachuelos, los lugares donde hay siempre mucha inundación; no había infraestructura para poder llegar a la escuela.

Entonces, lo que hacemos al construir escuelas no es solo promocionar la educación de los niños que asisten sino que toda la comunidad comienza a recibir beneficios. El Gobierno también se compromete a hacer su parte, el barrio comienza a crecer, aparecen las redes de agua, de luz; todo lo que en un país como el nuestro hace falta. Yo creo que todos debemos entender que podemos ser partícipes y generadores de esas transformaciones sociales impulsando la educación, promoviéndola, hablando de ella; no conformándonos con lo que nos hemos conformado durante estos años.

Los jóvenes tenemos acceso a las plataformas sociales, y a través de ellas se puede generar conversación y debates. Cuanto más hablemos de estos temas, más interés común generaremos. Cuando la educación de la infancia sea un interés común, los políticos tendrán que incluirla en sus discursos y sus agendas. Porque al final, los políticos funcionan así, su tarea fundamental es servirle al pueblo, y si hay un interés común muy grande y constantemente lo manifestamos, los obligamos a satisfacer esas necesidades tarde o temprano. Esa es la manera de producir los cambios sociales. Nosotros mismos podemos transformar nuestro destino.

Y dentro de esas búsquedas de razones para el optimismo, te tengo que preguntar por Colombia en el Mundial de Fútbol y tu ‘corazón partío’ entre España y Colombia...
(Risas)... Sí, tengo muchas ganas de que lleguemos a la final. Si hubiera una final Colombia-España, ¡yo no sé!... Ese día, o no me encuentra nadie o estoy ahí como una loca desquiciada gritando ¡Colombia, Colombia! Y mi excusa será decirle a Gerard: "Amor, ya ganaste un Mundial"... (risas).

Dices que con este disco que está en proceso estás volviendo a lo más puro, a lo más sencillo. ¿Qué quiere decir eso?
Le he encontrado la vuelta a hacer canciones que tienen más actitud, más rock and roll, un poco más de ese sonido con el que comencé a experimentar en los primeros años de mi vida musical. Pero claro, con una evolución, y espero que con un progreso. Estoy feliz con este material. Me costó un tiempo llegar a él, con tantas interrupciones, primero el embarazo...

¡Felices interrupciones!
¡Sí, por supuesto!... Y tener el niño, pequeños detalles...

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